El melasma, también denominado cloasma, es un tipo de hiperpigmentación, una afección cutánea común que se caracteriza por la aparición de manchas simétricas y oscuras de color marrón o grisáceo en la piel. No es una afección dañina pero puede afectar a la apariencia de la piel.
Estas manchas suelen aparecer en las áreas más expuestas al sol, como la cara, el cuello, los brazos y el escote. Es más habitual que lo sufran las mujeres en el embarazo y personas con un tono de piel más oscuro.
Causas que provocan el melasma
Este tipo de manchas son causadas por una mayor producción de melanina, que es el pigmento cutáneo de las personas. Actualmente, las causas que producen este aumento no están del todo claras, aunque existen varios factores que contribuyen a su desarrollo, como factores hormonales, la exposición solar y factores genéticos.
- Exposición solar. La radiación ultravioleta (UV) emitida por el sol es un desencadenante del melasma, ya que una exposición prolongada puede estimular la producción de melanina en la piel, provocando así una hiperpigmentación.
- Factores hormonales. El embarazo y el uso de anticonceptivos orales se asocian con una mayor predisposición a sufrir melasma. En torno al 15% de las embarazadas sufren melasma. Y entre el 10% y el 25 % de las mujeres que toman anticonceptivos oral padecen melasma.
- Factores genéticos. Si se tienen familiares directos que han sufrido melasma, existe mayor riesgo de desarrollar la afección.
Tipos de melasma
El melasma se manifiesta en tres patrones principales, según la profundidad de la mancha:
- Melasma epidérmico: en el melasma epidérmico, la hiperpigmentación se encuentra en la epidermis, la capa más superficial de la piel. Es el tipo más común de melasma.
- Melasma dermal: en este caso, la hiperpigmentación se encuentra en la dermis, la capa más profunda de la piel. Es el tipo más resistente ante el tratamiento.
- Melasma mixto: aquí la mancha combina la profundidad dérmica y epidérmica.
Cómo prevenir el melasma
Cómo una de las principales causas es la exposición solar, una de las mejores maneras de disminuir el riesgo de melasma es proteger la piel del sol y la luz ultravioletas (UV). Para ello, es importante utilizar todo el año protectores solares de alta calidad. Además, con un factor de protección solar (SPF) adecuado y de amplio espectro que bloquee la luz UVA y UVB.
Las lámparas solares y productos de bronceado también pueden afectar a la piel provocando melasma. Así que se deben evitar también este tipo de productos.
Tratamientos para eliminar el melasma
Estas manchas pueden llegar a aclarase si se elimina la causa que la provoca. Es decir, si las manchas de melasma son provocadas por la exposición excesiva al sol, pueden aclararse si se evita la exposición al sol y se utiliza protección solar adecuada.
En el caso del melasma relacionado con el embarazo o el uso de anticonceptivos orales, las manchas pueden aclararse o desaparecer después de que finalice el embarazo o se suspenda el uso de anticonceptivos.
El melasma puede ser una afección persistente y, en algunos casos, puede requerir tratamiento a largo plazo en una combinación de estrategias, que incluyen protectores solares, cremas despigmentantes, peelings químicos o tratamientos con láser.
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