La piel es el órgano más extenso del cuerpo, con una superficie media de 1,6 m2 y un peso de aproximadamente 4 Kg.
Funciones de la piel
Una de las funciones más importantes de la piel es la de actuar como barrera frente a agentes externos como bacterias y sustancias químicas.
Otras de sus funciones destacadas es la de mantener la temperatura corporal. Es un órgano con capacidad termorreguladora gracias a la actuación de los vasos sanguíneos.
- Barrera protectora: actúa contra agresiones mecánicas, químicas y patógenos. Posee la capacidad de destruir bacterias, absorber y eliminar líquidos.
- Regula la temperatura: al exponerse al frío, los vasos sanguíneos evitan que la sangre entre en contacto con la piel y así mantenga la temperatura.
- Impide la pérdida y la entrada de agua: actúa como balance hidro-electrolítico, al mantener el equilibrio de líquidos corporales y evitar la pérdida de agua.
- Absorbe y filtra radiaciones: la piel tiene la capacidad de producir melanina, lo que permite actuar ante los rayos ultravioleta.
- Metabolismo de la vitamina D. La piel es la principal fuente de vitamina D, a partir de la exposición a la radiación ultravioleta.
- Tiene funciones sensitivas y cosméticas: la piel es capaz de mostrar reacciones a nuestras emociones. Además, transmite mediante receptores y terminaciones nerviosas, el tacto y otras sensaciones.
La dermatología es la rama de la medicina que se encarga del estudio de la piel.
Los profesionales de la dermatología, estudian, diagnostican y tratan las patologías o enfermedades de la piel.
Cuidar la piel
Nuestra piel es el órgano más grande del cuerpo y tiene una importante función protectora. Nos protege de los elementos externos, como los rayos del sol, el viento y los contaminantes, además de regular nuestra temperatura corporal y ayudar a eliminar los desechos a través del sudor. También nos ayuda a interactuar con el mundo, ya que nos permite sentir el tacto y las sensaciones.
Sin embargo, nuestra piel también está expuesta a muchos factores que pueden dañarla y hacer que envejezca prematuramente. La exposición al sol, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, una mala alimentación, la falta de sueño y el estrés son solo algunos de los factores que pueden tener un efecto negativo en nuestra piel.
Por lo tanto, adoptar hábitos saludables para cuidar la piel es esencial para mantenerla saludable y joven. Esto incluye usar protector solar todos los días, dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol, dormir lo suficiente, seguir una dieta equilibrada y saludable, y tener una rutina de cuidado de la piel que incluya limpiar, tonificar e hidratar la piel diariamente.
Además, es importante recordar que la piel también necesita protección interna. Beber suficiente agua para mantener la piel hidratada es crucial para una piel sana. También es importante reducir el estrés, ya que el estrés puede afectar negativamente la piel y empeorar los problemas de la piel, como el acné y el eczema.
Estructura de la piel
La piel está compuesta por tres capas, que a su vez están formadas por varias capas.
Epidermis
Es la capa más superficial y visible de la piel, tiene un espesor de entre 0,1 mm y 4 mm.
La epidermis se compone en su mayoría por queratinocitos, que se encuentran segmentados en el estrato córneo, además se encuentran los melanocitos, responsables de la producción de melanina, que es el pigmento que nos broncea y nos protege de la radiación UV del sol.
La epidermis cumple una función de protección, preferentemente. Está formada por:
- Capa basal: la capa más profunda y donde se producen los queratinocitos.
- Capa espinosa: es en este punto donde los queratinocitos producen queratina.
- Capa granular: se produce la queratinización.
- Estrato lúcido: es una capa de transición, formada por células homogéneas sin núcleo.
- Estrato córneo: es la capa más superficial de la epidermis, está formada por células queratinizadas que conforman una barrera frente a los agentes externos y a la pérdida de fluidos corporales.
Dermis
Corresponde a la zona media y es la capa más importante de la piel. Tiene un espesor entre 0,3 y 4 mm.
Soporta a la epidermis con su red de colágeno y elastina, la que se encuentra embebida de una estructura gelatinosa, que corresponde a los polisacáridos (Glicosaminoglicanos GAG).
Además, la dermis contiene diferentes elementos, como vasos sanguíneos, fibroblastos (células ), nervios, glándulas sudoríparas y sebáceas.
Hipodermis
Es la capa más profunda y es rica en grasa y tejido conectivo. Actúa como soporte de la dermis y se encarga principalmente de regular la temperatura.
Compromiso de calidad
Este texto sobre la piel ha sido elaborado por redactores profesionales y revisado por el equipo médico-estético de Sisneo. Además, hemos recurrido a expertos de la medicina, la ingeniería y la estética como fuente de información, así como a estudios específicos para mantener la calidad de lo que publicamos.
En Sisneo Bioscience nos comprometemos a publicar información veraz y contrastada. Y a actualizarla o corregirla en cuanto haya nuevos conocimientos.
Entre otras, hemos utilizado las siguientes referencias:
- Baumann L. «Skin ageing and its treatment» en J Pathol. 2007;211(2):241-251. doi: 10.1002/path.2098.
- Ruiz Martínez, Mª Adolfina, & Morales Hernández, Mª Encarnación. (2015). «Aproximación al tratamiento del envejecimiento cutáneo» en Ars Pharmaceutica (Internet), 56(4), 183-191. doi.org/10.4321/S2340-98942015000400001