¿Qué es el tejido adiposo?

El tejido adiposo es el tejido que almacena la grasa, también llamado tejido graso. Es, por tanto, imprescindible conocer cómo se comporta y cuáles son sus funciones, para poder trabajar sobre él y conseguir resultados satisfactorios mediante acciones estéticas y/o cosméticas.

Está compuesto por los adipocitos, que es donde se almacena la grasa, que luego se transforma en energía, porque están formados por triglicéridos.

El tejido adiposo es la parte del cuerpo en la que debemos mirar cuando hablamos de grasa. Cuando queremos actuar contra la grasa corporal, para reducir el volumen y mejorar la apariencia, es necesario conocer qué partes de nuestro cuerpo la almacenan y cómo se comportan.

Funciones del tejido adiposo

Las principales funciones del tejido adiposo son:

  • Almacenamiento de lípidos. La reserva de lípidos se realiza en el tejido adiposo para luego utilizarlos como energía cuando el cuerpo lo requiere.
  • Aislamiento y protección. El tejido adiposo también actúa como una barrera que evita la pérdida de calor y protege las zonas más importantes del cuerpo.
  • Tiene también una función inmunológica y endocrina. Produce hormonas y otros factores que tienen un papel importante en la regulación del metabolismo y la salud en general.
  • Estabilización de la presión arterial. El tejido adiposo también puede contribuir a la estabilización de la presión arterial al liberar ácidos grasos que pueden afectar la constricción o relajación de los vasos sanguíneos.

Tipos de tejido adiposo

Existen dos tipos de tejido adiposo, uno blanco y otro marrón. Aunque, generalmente, al referirnos al tejido adiposo, estaremos hablando del blanco, mucho más abundante.

  • El tejido marrón suele ser abundante durante los primeros meses de vida, cuando su principal función es la de generar calor. Cuando crecemos, su función continúa siendo producir calor.
  • El tejido blanco puede representar entre un 15 y un 20% del peso corporal de los hombres y entre un 20 y un 25% en las mujeres. Se encarga de regular el consumo de energía.

La grasa, o el tejido adiposo, está localizada en casi todo el cuerpo humano, pero sobre todo alrededor de los órganos, debajo de la piel, en las mamas y en la médula ósea

En este punto, la nutrición juego un papel muy importante, ya que cuando almacenamos más grasa de la que el cuerpo es capaz de consumir, esta queda concentrada, sobre todo en el vientre y en los glúteos.

Cuando hay un exceso de tejido graso, aumentan las posibilidades de padecer enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La grasa adiposa acelera esta aparición. 

¿Cómo eliminar la grasa del tejido adiposo?

La grasa almacenada es muy difícil de eliminar, por su propia morfología. La grasa blanca está formada por células más grandes cuya metabolización es más compleja.

En ocasiones, ni siquiera la dieta o el ejercicio pueden conseguir eliminar la grasa acumulada en ciertas partes del cuerpo. En esos caso, diferentes tratamientos estéticos pueden utilizarse para reducir el volumen de ciertas zonas del cuerpo, donde la alimentación y el ejercicio no son capaces de actuar.

En estos casos, la aparatología como nuestro equipo Cavitacell v.2 puede reducir la acumulación de los depósitos de grasa en el tejido adiposo.

Qué son los adipocitos

Los adipocitos, también llamados células adiposas o células grasas forman el tejido adiposo. Su principal característica es que se encargan de almacenar gran cantidad de grasas, en forma de triglicéridos.

Las mujeres presentan mayor número y volumen de adipocitos que los hombres. El número de estas células es constante durante toda la vida.

Cuando alguien aumenta de peso, no lo hace porque aumente el número de adipocitos, sino por una variación del tamaño de las células.

Tipos de adipocitos

Hay dos tipos de adipocitos o células adiposas:

  • Adipocitos blancos: formados por gran cantidad de lípidos rodeados por citoplasma. Contienen grasa en estado semilíquido. Es el tejido adiposo más abundante.
  • Adipocitos marrones: formados por citoplasma y lípidos dispersos. Su función es conservar la temperatura de los seres vivos.

La principal función de los adipocitos es la de almacenar los lípidos, con el objetivo de conservar la temperatura del cuerpo y obtener energía mediante el proceso de respiración celular.

Cuando se acumulan demasiados lípidos, aumenta el tamaño de los adipocitos (hipertrofia) y aparece el sobrepeso, que puede dar lugar a problemas cardiovasculares, diabetes y cáncer.

Si se continúa almacenando grasa, puede llegar a producir hiperplasia, que es la creación de nuevos adipocitos. Este caso derivaría en una obesidad severa.

El tejido graso está involucrado en la longevidad, en las enfermedades de la vejez (diabetes, cáncer, hipertensión, etc), la inflamación y la disfunción metabólica.

Compromiso de calidad

Este texto sobre el tejido adiposo ha sido elaborado por redactores profesionales. Además, hemos recurrido a expertos de la medicina, la ingeniería y la estética como fuente de información, así como a estudios específicos para mantener la calidad de lo que publicamos.

En Sisneo Bioscience nos comprometemos a publicar información veraz y contrastada. Y a actualizarla o corregirla en cuanto haya nuevos conocimientos.

Entre otras, hemos utilizado las siguientes fuentes:

  • Reyes J. Marcela «Características biológicas del tejido adiposo: el adipocito como célula endocrina» en Revista Médica Clínica Las Condes vol.23 num.2 136-144. doi: 10.1016/S0716-8640(12)70290-0
  • Vega-Robledo, Gloria Bertha y Rico-Rosillo, María Guadalupe. (2019). «Tejido adiposo: función inmune y alteraciones inducidas por obesidad» en Revista alergia México, 66(3), 340-353. Epub 19 de febrero de 2020. doi: 10.29262/ram.v66i3.589
  • Innocence Harvey, Anik Boudreau y Jacqueline M. Stephens. «Adipose tissue in health and disease» en Open Biology doi:10.1098/rsob.200291