El ruscus (nombre científico Ruscus aculeatus), también conocido como rusco, es una planta perenne originaria de Europa y la región mediterránea. Se caracteriza por sus tallos verdes y duros que parecen hojas (en realidad son cladodios), y por sus pequeños frutos rojos que se desarrollan en el centro de esos tallos.
Es común su uso en preparados para tratar piernas cansadas, varices o hemorroides, por su efecto vasoconstrictor y antiinflamatorio.
Origen del ruscus
El ruscus ha sido utilizado en la medicina popular desde la Antigua Grecia, donde se empleaba para tratar inflamaciones, edemas y problemas urinarios. Sin embargo, fue en la medicina herbolaria europea de la Edad Media cuando se consolidó su uso para mejorar la circulación y aliviar las molestias de las piernas cansadas.
El redescubrimiento científico de sus beneficios llegó en el siglo XX, al aislarse dos compuestos clave en su raíz: la ruscogenina y la neoruscogenina, saponinas esteroidales responsables de su acción venotónica y antiinflamatoria. Estos descubrimientos impulsaron su inclusión en preparados farmacéuticos y, más recientemente, en formulaciones dermocosméticas y tratamientos estéticos.
El auge de la cosmética natural y de la medicina estética menos invasiva y más respetuosa con el cuerpo ha favorecido la revalorización de activos como el ruscus. Su eficacia contrastada, su origen botánico y su acción fisiológica hacen de él un ingrediente estrella en el enfoque integral de la belleza, donde estética y salud van de la mano.
Uso del ruscus en medicina estética
En la constante búsqueda de activos naturales que potencien la salud y la estética, una planta modesta y silvestre ha encontrado un lugar destacado en el arsenal de la medicina estética moderna: el ruscus (Ruscus aculeatus), también conocido como rusco o arrayán menor.
Aunque desde tiempos antiguos fue valorado por sus usos ornamentales y medicinales, no fue hasta el siglo XX cuando la ciencia comenzó a estudiar en profundidad sus propiedades farmacológicas, descubriendo en él un potente vasoprotector con aplicaciones directas en el tratamiento estético de problemas circulatorios.
Acción venotónica y antiinflamatoria
Uno de los principales mecanismos de acción del ruscus es su capacidad para mejorar el tono de las paredes venosas, reduciendo su permeabilidad y favoreciendo el retorno sanguíneo. Esto se traduce en una menor acumulación de líquidos y toxinas en los tejidos, especialmente en las extremidades inferiores. Además, posee propiedades antiinflamatorias que ayudan a disminuir la hinchazón y la sensación de pesadez. Estas cualidades han hecho del ruscus un ingrediente habitual en tratamientos para las piernas cansadas, varices incipientes y edemas localizados.
En medicina estética, esta mejora del flujo venoso no solo tiene implicaciones para la salud, sino también para la apariencia física, ya que ayuda a definir el contorno corporal, disminuir la celulitis y mejorar la textura de la piel.
Aplicaciones del ruscus en medicina estética
Actualmente, el ruscus se incorpora en múltiples formatos dentro de la medicina estética, tanto en tratamientos tópicos como en procedimientos complementarios:
- Cremas y geles descongestivos: se usa en productos que alivian la pesadez de piernas o reducen edemas post-tratamiento. Su efecto calmante y refrescante mejora la sensación de confort tras sesiones de presoterapia, radiofrecuencia o cavitación.
- Sueros y formulaciones anticelulíticas: combinado con otros activos como la cafeína o el extracto de centella asiática, el ruscus potencia la reducción de cúmulos adiposos y mejora la apariencia de la piel de naranja.
- Electroporación transdérmica: en técnicas de mesoterapia, el ruscus puede incluirse como principio activo para favorecer la microcirculación local y combatir la retención de líquidos, especialmente en muslos, glúteos y abdomen.
- Cuidado postquirúrgico: su capacidad antiinflamatoria y drenante lo convierte en un excelente apoyo tras intervenciones estéticas como la liposucción, ayudando a reducir los hematomas, edemas y acelerar la recuperación de los tejidos.
El ruscus es, en general, bien tolerado, tanto por vía tópica como oral, y puede utilizarse de forma continuada en tratamientos de mantenimiento. No obstante, su uso debe ser supervisado cuando se combina con anticoagulantes o medicamentos vasodilatadores. Como todo principio activo vegetal, su eficacia depende de la calidad del extracto y de su correcta formulación.
Compromiso de calidad
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Entre otras, hemos utilizado las siguientes fuentes:
- Reuter J, Wölfle U, Korting HC, Schempp C. Which plant for which skin disease? Part 2: Dermatophytes, chronic venous insufficiency, photoprotection, actinic keratoses, vitiligo, hair loss, cosmetic indications. J Dtsch Dermatol Ges. 2010 Nov;8(11):866-73. English, German. doi: 10.1111/j.1610-0387.2010.07472.x. PMID: 20707877.
- Kakkos SK, Allaert FA. Efficacy of Ruscus extract, HMC and vitamin C, constituents of Cyclo 3 fort®, on improving individual venous symptoms and edema: a systematic review and meta-analysis of randomized double-blind placebo-controlled trials. Int Angiol. 2017 Apr;36(2):93-106. doi: 10.23736/S0392-9590.17.03815-9. PMID: 28225220.