¿Qué son los liposomas?
Los liposomas son vesículas esféricas muy pequeñas formadas por fosfolípidos, con una estructura similar a la de las membranas celulares.
Se crean de forma espontánea cuando los lípidos se dispersan en un medio acuoso. Pueden ser de origen natural o sintético.
Por su configuración, los liposomas permiten encapsular principios activos para utilizarlos como cosméticos, lo que aporta mayor protección a los activos y permite profundizar más en la piel.
Los liposomas se usan desde hace más de medio siglo, cuando se iniciaron estudios para utilizarlos para dispersar compuestos lipófilos. Más tarde, los laboratorios de cosmética comenzaron a desarrollar productos encapsulados en liposomas.
Función de los liposomas
Las principales funciones de los liposomas son proteger a los activos y transportarlos hacia capas más profundas de la piel. Además, al tratarse de un encapsulado, los liposomas permiten introducir ingredientes que de forma natural no pueden penetrar en la piel. Mejoran la biodisponibilidad de ciertos compuestos, de forma que aumentan su capacidad para llegar a su destino y ser utilizados por el organismo.
- Protección del activo: las propiedades de los liposomas permiten mantener la estabilidad del ingrediente activo. También se pueden usar para proteger a estos compuestos de la degradación o del ataque del sistema inmunitario, lo que puede prolongar su vida media y aumentar su efectividad.
- Hidratación: los liposomas, por sí mismo, pueden aumentar la hidratación de la piel gracias a su composición hidrófila.
- Transporte de activos. La función principal de los liposomas de transportar estos compuestos a través del cuerpo, ya sea para su distribución o para su liberación en un lugar específico.
Además, los liposomas tienen la capacidad de fusionarse con las membranas celulares, lo que les permite liberar su contenido directamente en el interior de las células. Esto los hace útiles para el tratamiento de enfermedades que afectan a ciertas células o tejidos específicos.
Tipos de liposomas
En función del activo que se va a encapsular, es conveniente utilizar diferentes tipos de liposomas, que varían en tamaño y lamelaridad.
Cuando los liposomas son liberados en capas superficiales, estos suelen ser de mayor tamaño. Mientras que para ser liberados a mayor profundidad, son de menor tamaño.
Dentro de los liposomas se pueden encapsular todo tipo de activos, incluso al mismo tiempo, siempre y cuando no sean más grandes que los propios liposomas.
En función de la estructura y composición, podemos encontrar los siguientes tipos de liposomas:
- Liposomas simples: son vesículas de doble capa que se forman a partir de una sola capa de lípidos.
- Liposomas multilamelares: son vesículas que tienen varias capas de lípidos y pueden contener diferentes tipos de lípidos.
- Liposomas anfipáticos: son vesículas que tienen una capa de lípidos anfipáticos, es decir, con una región hidrófoba y otra región hidrófila.
- Liposomas fusibles: son vesículas que tienen una alta afinidad por las membranas celulares y pueden fusionarse con ellas para liberar su contenido.
- Liposomas en forma de disco: son vesículas que tienen una estructura plana y disciforme.
- Liposomas nanotubos: son vesículas que tienen una forma tubular y pueden servir como vectores para la entrega de medicamentos a células específicas.
Compromiso de calidad
Este texto sobre los liposomas ha sido elaborado por redactores profesionales y revisado por el equipo médico-estético de Sisneo. Además, hemos recurrido a expertos de la medicina, la ingeniería y la estética como fuente de información, así como a estudios específicos para mantener la calidad de lo que publicamos.
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Entre otras, hemos utilizado las siguientes referencias:
- Torchilin VP. «Recent advances with liposomes as pharmaceutical carriers» en Nature Reviews Drug Discovery. 2005;4(2):145-160.