La cara, al contrario de lo dice que el refrán, no es el reflejo del alma, sino de tu nuestra edad y estilo de vida. Por un proceso natural, nuestra piel irá perdiendo firmeza según avanzan los años. No se puede impedir. Con la edad, nuestro cuerpo produce menos colágeno, elastina, ácido hialurónico y otras sustancias orgánicas con funciones estructurales en la piel.
Si, además, nuestros hábitos no son los más saludables, por mala alimentación, tabaco o excesiva exposición solar, las manchas, el tono, la vitalidad de la piel y las arrugas, nos harán parecer más mayores. El fotoenvejecimiento multiplica el efecto de la edad.
Todo el mundo quiere mantener una apariencia juvenil o, al menos, no parecer envejecido. En ya numerosas ocasiones hemos mencionado que para tener una piel saludable es necesario trabajar de forma multidisciplinar, a través del ejercicio físico, la alimentación, el cuidado y también la estética.
Beneficios de los tratamientos sin cirugía
Cualquier intervención que exija cirugía, por pequeña que sea, exige pasar por anestesia e implica superar un proceso de recuperación más o menos doloroso e incapacitante. La evolución de la medicina estética, ahora nos permite optar por tratamientos no invasivos ni dolorosos con resultados muy satisfactorios.
Esto nos permite disfrutar de efectos casi inmediatos nada más salir de la clínica y una recuperación inmediata, sin efectos secundarios o muy leves, como puede ser el enrojecimiento o cierta sensibilidad.
El trabajo de rejuvenecimiento facial debe conseguir revertir o disimular algunos de los efectos naturales del envejecimiento en diferentes zonas del rostro, como son la pérdida de volumen, el aumento de la flacidez, las líneas de expresión, tratar las manchas y en general combatir las arrugas.
Para ello, se utiliza aparatología estética de última generación que permite aplicar principios activos vegetales y animales que potencian la síntesis de colágeno y elastina, lo que permite recuperar la elasticidad de la zona tratada.
Generalmente, los tratamientos sin cirugía para el rostro, son de aplicación local, así que es posible adaptarlos en función de las necesidades de cada persona, incluso pudiendo combinar diferentes tratamientos para obtener aun mejores resultados.
El único pero de estos tratamientos sin cirugía es que no basta con una sola sesión y que, en algunos casos, los resultados no son permanentes, por lo que hay que repetir el tratamiento cada cierto tiempo.
Tratamientos para la cara sin cirugía
Antes de ponerse a trabajar en el rejuvenecimiento del rostro, ha de quedar claro que es muy importante ponerse en manos de un buen profesional, quien realizará un análisis de las necesidades de la piel, para dictaminar un diagnóstico y las posibles soluciones.
Entre los tratamientos más habituales y demandados para rejuvenecer la cara, por sus buenos resultados, son la electroporación transdérmica, los peeling faciales, las inyecciones de ácido hialurónico, la radiofrecuencia facial, el láser y el bótox.
Mesoterapia virtual
La mesoterapia virtual es la electroporación transdérmica, una tecnología que permite mediante ondas electromagnéticas crear temporalmente canales acuosos en la piel para introducir principios activos hasta capas profundas. Esta posibilidad abre el camino a obtener grandes resultados gracias a los efectos de los principios activos utilizados.
Se puede rejuvenecer la piel obteniendo una mayor hidratación, luminosidad, reducir las arrugas y las líneas de expresión, aportar volumen y diluir las manchas de la cara.
La mesoterapia convencional, la que se inyecta, puede también aportar diferentes beneficios, como la mejora de la hidratación y la regeneración celular. Lo ideal sería conseguir una combinación de ambos tratamientos.
El ácido hialurónico tiene muy buena publicidad, pero es merecida. Se utiliza como relleno dérmico, para eliminar la flacidez y tonificar zonas como las ojeras o las bolsas.
Normalmente, el producto que se inyecta suele ser una combinación de ácido hialurónico con vitaminas y antioxidantes, aunque dependerá de la zona a tratar y los efectos deseados. Lo que se persigue con el ácido hialurónico es activar la síntesis de colágeno y la regeneración celular, lo que evidentemente repercutirá en un rejuvenecimiento de la piel del rostro.
Es un tratamiento muy sencillo, que no exige recuperación ninguna. Ahora bien, el ácido hialurónico es un producto orgánico, presente en el cuerpo humano, por lo que poco a poco será absorbido y su efecto desaparecerá. Así que será necesario volver a inyectarlo.
Peeling
El peeling facial puede utilizarse para combatir el acné y las manchas de la cara. Es un método muy sencillo que consiste en una exfoliación química de las capas más superficiales de la piel.
De esta forma se elimina esa primera capa para obtener una nueva piel rejuvenecida, con mejor tono y sin manchas.
Bótox
Las inyecciones de bótox suelen emplearse para combatir las arrugas de expresión que aparecen en la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Lo que consigue este producto médico es relajar la musculatura de la cara de forma natural. No es un tratamiento permanente, por lo que suele recomendarse volver a inyectar pasados unos 6 meses.
Hilos tensores
También se puede trabajar el rejuvenecimiento de la cara mediante hilos tensores, aunque este tratamiento es bastante más invasivo que los anteriores. Los hilos tensores consiguen mejorar la flacidez de la piel del rostro mediante la introducción de unos finos hilos que se enganchan al tejido subcutáneo y estimulan la estructura de la piel para hacer un efecto lifting.
Suelen utilizarse para estirar la papada, el cuello y también para elevar los pómulos.
Radiofrecuencia
Por último, mediante la radiofrecuencia facial se consigue activar la producción de colágeno. El calor transmitido por el equipo provoca esta acción. Podemos utilizarla para mejorar la tensión de la piel en diferentes zonas como la frente, los pómulos, el cuello y el escote y la línea bajo los ojos.
Como hemos indicado ya más arriba, la combinación de cualquiera de estos tratamientos repercutirá en mejores resultados y más prolongados. En cualquier caso, es preciso acudir a profesionales que puedan recomendar las mejores opciones para conseguir rejuvenecer el rostro sin cirugía.