A lo largo de nuestra vida, la genética, el entorno, la alimentación e incluso los cambios hormonales pueden contribuir a la acumulación de grasa y a la retención de líquidos en diversas áreas del cuerpo, como la cadera, los muslos o los brazos.
Esta acumulación de grasa provoca en muchas personas una sensación desagradable, a pesar de que es algo normal. Para eliminarla, existen cientos de soluciones, más o menos efectivas. Comprender cómo se forma la grasa, por qué se acumula y cómo podemos perderla para reducir el volumen corporal, es clave para entender qué tratamientos son más efectivos.
Cómo se forma el volumen corporal
Ganamos volumen corporal, principalmente, por la acumulación de grasa subcutánea, que se almacena en el tejido adiposo debajo de la piel. Cuando comemos, parte de las calorías que ingerimos se quedan en esas zonas que todos sabemos, los muslos, la cadera, el flotador en los hombres…
La retención de líquidos también puede contribuir a ese aumento, así como el tipo de alimentación, el metabolismo, el nivel de actividad física y los desequilibrios hormonales.
Para conseguir reducir el volumen corporal, necesitamos que el cuerpo queme más calorías de las que consume, para conseguir reducir la grasa. Para ello, es necesario conseguir un déficit calórico, mediante una combinación de dieta saludable y ejercicio físico regular. Cuando el cuerpo utiliza las reservas de grasa como fuente de energía, el volumen corporal comienza a disminuir gradualmente.
Motivos para reducir el volumen corporal
En España, según el INE, en el año 2022 un 34% de los adultos tenían sobrepeso y un 14% obesidad. Más allá del objetivo de lograr una figura más esbelta y definida, la reducción del volumen corporal es una cuestión de salud.
Acumular excesiva de grasa corporal puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. En ciertos casos, el exceso de volumen corporal también puede provocar molestias físicas, como dolor en las articulaciones o dificultad para respirar.
La mayoría de tratamientos dedicados a la reducción de volumen corporal no están indicados para personas con mucha grasa. Por ejemplo, estos tratamientos no servirán para personas obesas, ya que, como en el siguiente apartado veremos, en estos casos el funcionamiento de los equipamientos no eliminaría suficiente grasa como para que se note. Necesitaría tanta potencia que es inviable.
Tratamientos para reducir el volumen corporal
Algunos de los tratamientos para reducir el volumen corporal se centran en descomponer y eliminar las células de grasa no deseadas utilizando para ello energía de ultrasonidos o sustancias inyectadas, para atacar las células de grasa en las capas profundas del tejido adiposo. Estas células de grasa son transportadas a través del corriente sanguíneo para utilizar como fuente de energía o ser eliminadas por el cuerpo.
Otros tratamientos funcionan estimulando el metabolismo mediante calor, para quemar calorías. Y otros tratamientos consiguen estimular la producción de colágeno y elastina, con lo que se consigue mejorar la apariencia de la piel tras la reducción de volumen corporal, evitando así la temida flacidez.
Electroporación transdérmica
La electroporación transdérmica consigue introducir sustancias específicas directamente en las capas más profundas de la piel. La clave al usar la electroporación es la elección de principios activos con propiedades lipídicas, ya que son estos los que activarán la eliminación de la grasa de una u otra forma. Es un tratamiento indicado para la reducción de volumen corporal en áreas localizadas.
Cavitación
La cavitación es uno de los tratamientos más destacados a la hora de reducir el volumen corporal y mejorar la apariencia general, mediante el uso de ondas ultrasónicas de baja frecuencia. Estas ondas crean microburbujas en el tejido adiposo, que explotan y rompen las células de grasa, para que posteriormente sean eliminas por el sistema linfático.
Es un tratamiento muy efectivo para reducir volumen corporal en zonas donde habitualmente se concentra la grasa, como pueden los glúteos, los muslos y la parte baja del abdomen.
Ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU)
Este tratamiento utiliza ondas de ultrasonido para dirigirse a las capas profundas de grasa en el cuerpo. El ultrasonido focalizado calienta y destruye selectivamente las células de grasa sin dañar los tejidos circundantes. Posteriormente, el cuerpo elimina las células de grasa de forma natural, lo que resulta en una disminución del volumen corporal.
Radiofrecuencia
Lo que hace la radiofrecuencia es calentar la piel utilizando energía electromagnética. Este calor estimula la producción de colágeno y elastina, lo que ayuda a tensar la piel y reducir la apariencia de la celulitis y la flacidez.
Se trata de un tratamiento que no actúa directamente sobre la grasa, por lo que habitualmente se utiliza para mejorar la apariencia general y la definición del contorno corporal o abdominal.
Estos son los tratamientos más efectivos para reducir el volumen corporal, pero ninguno de ellos funcionará sin un estilo de vida saludable. Este estilo de vida debe incluir ejercicio de forma habitual, una alimentación rica en nutrientes esenciales y un cuidado permanente de la piel, para evitar que pierda la firmeza.
Hay que tener en cuenta que al perder volumen, la piel puede quedar colgante, por lo que la hidratación y el uso de ciertos productos tópicos podría ayudar a evitar o a mejorar la recuperación de la elasticidad.