Mantener la figura definida es una preocupación para muchas personas. A lo largo de nuestra vida, la genética, el entorno, la alimentación e incluso los cambios hormonales pueden contribuir a la acumulación de grasa y a la retención de líquidos en diversas áreas del cuerpo, como la cadera, los muslos o los brazos.
Comprender cómo se forma la grasa, por qué se acumula y cómo podemos perderla para reducir el volumen corporal, es clave para entender qué tratamientos son más efectivos con este objetivo.
Cómo se forma el volumen corporal
El volumen corporal se forma principalmente debido a la acumulación de grasa subcutánea, que se almacena en el tejido adiposo debajo de la piel. La retención de líquidos también puede contribuir a ese aumento del volumen corporal. Y otros factores como la alimentación, el metabolismo, el nivel de actividad física y los desequilibrios hormonales pueden ayudar a la acumulación de grasa y de líquidos en el cuerpo.
Para que perdamos volumen corporal, necesitamos que el cuerpo queme más calorías de las que consume, lo que provoca que se reduzca la grasa. Para conseguirlo, es necesario conseguir un déficit calórico, mediante una combinación de dieta saludable y ejercicio físico regular. Cuando el cuerpo utiliza las reservas de grasa como fuente de energía, el volumen corporal comienza a disminuir gradualmente.
Motivos para reducir el volumen corporal
Más allá del objetivo de lograr una figura más esbelta y definida, la acumulación excesiva de grasa corporal puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2.
Por ello, la reducción del volumen corporal puede contribuir a una mejor salud general. En ciertos casos, el exceso de volumen corporal puede provocar molestias físicas, como dolor en las articulaciones o dificultad para respirar.
No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de tratamientos dedicados a la reducción de volumen corporal, no están indicados para personas con mucha grasa, ya que, como en el siguiente apartado veremos, en estos casos el funcionamiento de los equipamientos no eliminaría suficiente grasa como para que se note.
¿Cómo pierde volumen el cuerpo?
Cuando se aplican tratamientos para reducir el volumen corporal, se desencadenan una serie de procesos en el cuerpo que contribuyen a obtener los resultados deseados.
Algunos tratamientos se centran en descomponer y eliminar las células de grasa no deseadas utilizando para ello energía de ultrasonidos o sustancias inyectadas, para atacar las células de grasa en las capas profundas del tejido adiposo. Estas células de grasa descompuestas son transportadas a través del corriente sanguíneo hacia los tejidos donde se utilizarán como fuente de energía o serán eliminados por el cuerpo. Los sistemas linfático y circulatorio juegan un papel crucial al transportar y eliminar estos desechos.
Otros tratamientos funcionando estimulando del metabolismo mediante calor, lo que puede resultar en un aumento de la quema de calorías.
Por otro lado, algunos tratamientos también pueden estimular la producción de colágeno y elastina, dos proteínas clave para mantener la firmeza y la elasticidad de la piel. Esta estimulación ayuda a mejorar la apariencia general de la piel después de la reducción de volumen corporal, evitando así la flacidez.
Tratamientos para reducir el volumen corporal
Electroporación transdérmica
La electroporación transdérmica consigue adentrar sustancias específicas, como enzimas, vitaminas y medicamentos, directamente en las capas más profundas de la piel, lo que permite disolver la grasa, mejorar la circulación sanguínea y estimular la eliminación de toxinas.
La clave al usar la electroporación es la elección de los principios activos, ya que son estos los que activarán la eliminación de la grasa de una u otra forma. Es un tratamiento indicado para la reducción de volumen corporal en áreas localizadas.
Cavitación
La cavitación es uno de los tratamientos más populares a la hora de reducir el volumen corporal y mejorar la apariencia general, mediante el uso de ondas ultrasónicas de baja frecuencia. Estas ondas crean microburbujas en el tejido adiposo, que explotan y rompen las células de grasa, para que posteriormente sean eliminas por el sistema linfático.
Es un tratamiento muy efectivo para reducir volumen corporal en zonas donde habitualmente se concentra la grasa, como pueden los glúteos, los muslos y la parte baja del abdomen.
Ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU)
Este tratamiento utiliza ondas de ultrasonido para dirigirse a las capas profundas de grasa en el cuerpo. El ultrasonido focalizado calienta y destruye selectivamente las células de grasa sin dañar los tejidos circundantes. Posteriormente, el cuerpo elimina las células de grasa de forma natural, lo que resulta en una disminución del volumen corporal.
Radiofrecuencia
Lo que hace la radiofrecuencia es calentar la piel utilizando energía electromagnética. Este calor estimula la producción de colágeno y elastina, lo que ayuda a tensar la piel y reducir la apariencia de la celulitis y la flacidez.
Se trata de un tratamiento que no actúa directamente sobre la grasa, por lo que habitualmente se utiliza para mejorar la apariencia general y la definición del contorno corporal o abdominal.