Los tratamientos estéticos para tratar el acné han evolucionado gracias a la investigación y a la aparición de nuevos métodos de trabajo. Sin embargo, sigue siendo un problema para muchas personas.
Al ser un preocupación visible en el rostro, puede causar inseguridad, ya que además genera cierta frustración por la ausencia de resultados rápidos.
¿Qué es el acné?
El acné es una enfermedad de la piel que afecta a las glándulas sebáceas. Estas glándulas producen secreciones excesivas que, junto con las células muertas de la piel, acaban taponando los poros de los folículos pilosos y provocando su infección.
Cuando esto ocurre, vemos espinillas, granos y pequeñas protuberancias, sobre todo zonas como la cara, el cuello y la espalda.
El acné puede aparecer a cualquier edad, es la enfermedad cutánea más común en el mundo, aunque el más habitual es el juvenil, causado por el aumento hormonal asociado a esta edad, que provoca a su vez un incremento de la secreción sebácea.
El 80% de la población mundial padece acné, sobre todo entre los 12 y 25 años. En España, el número de pacientes atendidos en Atención Primaria por casos de acné, aumenta cada año, situándose actualmente en torno a 25 personas por cada 1000.
Hay diferentes grados de acné, pasando del leve, por el moderado, el severo y el muy severo. En este último puede ser necesario incluso el tratamiento quirúrgico.
Acné juvenil
Cuando hablamos de acné, lo primero que nos viene a la mente es la adolescencia. Es en la pubertad cuando los hombres sufren más cambios hormonales.
En las mujeres, el acné juvenil es también provocado por el ciclo menstrual. Y podría durar toda la vida, con brotes habituales durante la menstruación.
¿Por qué aparece el acné?
El acné puede aparecer por diferentes motivos. Ya hemos nombrado los factores hormonales, pero también influye la genética y el ambiente.
- La contaminación y la humedad son factores que favorecen su aparición.
- Según diversos estudios, la alimentación también incluye en la aparición del acné, que estaría motivada por el alto consumo de comida procesada y rica en azúcar. Por lo tanto, lo recomendable es seguir una dieta equilibrada que incluya fruta, verdura y cereales.
- Situaciones de estrés o ansiedad, facilitan la aparición de brotes de acné.
- Por último, podríamos hablar de otro tipo de acné, que aparece sobre todo en las mujeres y estaría provocado por el uso en exceso o inadecuado de cremas y maquillajes con contenido graso.
Tratamientos para el acné
El problema del acné es que si no se trata puede tener consecuencias devastadoras en el rostro, provocando cicatrices que desfiguran la cara.
En casi todos los casos, se empieza por productos genéricos y en función del resultado se avanza hacia nuevos métodos. Hay que tener en cuenta que cuanto antes se trate el acné, mejor será el resultado.
Cremas tópicas
Normalmente se utilizan productos que combinan diferentes ingredientes en su formulación. Los principios activos más comunes son los retinoides, el sulfuro de sodio, el ácido salicílico, el ácido azelaico y el peróxido de benzoilo. La mayoría poseen propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
Cuando los productos tópicos no funcionan, es el momento de consultar con un especialista. A partir de aquí los tratamientos contra el acné son siempre personalizados, creados en función del grado, del tipo y de la edad de quien lo sufre.
Medicación oral
Ciertos medicamentos dirigidos contra el acné, pueden tener efectos secundarios, como irritación o piel seca. En estos casos es muy importante la comunicación con el especialista, para poder establecer el mejor tratamiento en función de cada piel. También es posible combinar algunos de estos medicamentos, pero siempre bajo la prescripción del médico.
Actualmente, los medicamentos por vía oral más utilizados contra el acné son:
- Antibióticos: se utilizan para combatir a las bacterias. Al eliminarlas, se reduce la inflamación. No es aconsejable su uso para menores de 12 años ni embarazadas. Son comunes la minociclina y la doxiciclina.
- Agentes antiandrógenos: es un medicamento que puede utilizarse en mujeres para bloquear las hormonas andrógenas. Es posible combinarlo con anticonceptivos. Puede provocar períodos menstruales más dolorosos.
- Anticonceptivos: es un tratamiento hormonal, que se utiliza con mujeres que no tienen respuesta favorable con otros tratamientos. Pueden provocar aumento de peso, náuseas y sensibilidad.
- Isotretinoína: anteriormente conocido como Roacután. Es un medicamento reservado para casos en los que nada ha funcionado antes. El problema es que tiene efectos secundarios como la sequedad de la piel, fatiga, puede provocar colesterol, aumento de triglicéridos y más graves como irritación del hígado y malformaciones en el feto.
Medicación tópica
- Antibiótico: igual que de forma oral, los antibióticos actúan reduciendo el exceso de bacterias. Se utilizan en combinación con otros productos para evitar el desarrollo de resistencia a las bacterias.
- Ácido azelaico: es una posibilidad que, al contrario de otros tratamientos, pueden utilizar embarazadas y mujeres en período de lactancia. Su eficacia contra el acné no es muy alta.
- Dapsona: es un gel que pueden usar niños, adolescentes y adultos. Es un producto antibacteriano.
- Retionides: evitan la obstrucción de los folículos pilosos. El retinoide puede combinarse con antibióticos durante las primeras semanas de tratamiento.
Tratamientos estéticos
Ciertos tratamientos estéticos como los peelings y la microdermoabrasión son efectivos para corregir o atenuar las cicatrices provocadas por el acné.
Es posible también utilizar relleno, electroporación y láser.
- Peelings: debemos distinguir dos tipos de peelings:
- Por un lado, tenemos el peeling suave, un tratamiento llevado a cabo por una esteticista y que consiste en la limpieza y depuración de la zona para eliminar puntos negros.
- Por otro lado, hablamos de exfoliación química. Aquí, se renuevan las capas de la piel utilizando ácidos como el glicólico, el sacílico o el tricloroacético. De esta forma se seca la piel y se reducen las glándulas sebáceas.
- Electroporación: mediante la electroporación transdérmica, también podemos combatir el acné. El equipo de electroporación Mesolux de Sisneo además incorpora fototerapia, por lo que podemos combinar ambos tratamientos para un resultado más efectivo. Sumaríamos al trabajo de la luz el de los principios activos dirigidos a frenar la inflamación del acné.
Para el tratamiento del acné con electroporación, en Sisneo contamos con acnicare, un producto específico que combate la bacteria del acné.
- Fototerapia: la emisión de luz sobre la piel es eficaz contra el acné y también ayuda a mejorar las cicatrices provocadas por este. Mediante la fototerapia se pueden combatir algunas bacterias y se consiguen efectos a nivel molecular y celular.
- La luz roja es antiinflamatoria, así que conseguimos reducir la lesión y la aparición de cicatrices.
- Y la luz azul es antibacteriana.
- Láser: el láser ha resultado ser un tratamiento muy efectivo en la lucha contra el acné, aunque deja la piel muy irritada durante unos días. El láser también funciona para tratar las cicatrices producidas por el acné, pudiéndose controlar la profundidad de la actuación.
Cómo prevenir el acné
Aunque, como hemos comentado más arriba, el acné es un problema hormonal que a veces resulta hereditario, es posible prevenir su aparición o reducirla mediante un protocolo diario de higiene facial.
- Es muy importante lavar la cara, tanto por la mañana como por la noche, con un jabón indicado para pieles grasas o de tipo neutro. También hay que lavar la cara después del ejercicio físico, para quitar los restos de sudor.
- Tocarse a cara es una de las formas más habituales y sencillas de provocar potenciar la aparición de granos o de infectar las heridas
- Cuando tocamos los granos podemos provocar mayor inflamación y peor curación, llegando incluso a favorecer la aparición de cicatrices, porque su manipulación va a provocar un aumento de la inflamación y mayor posibilidad de formación de cicatrices.
- En el caso del maquillaje o las cremas, lo ideal es utilizar productos oil-free para pieles grasas, que además suelen incluir principios activos que ayudan en la batalla contra el acné.
Estos cuidados no son exclusivos de quienes quieren evitar la aparición del acné, sino también deben de quienes ya han padecido acné y han conseguido acabar con él mediante algún tratamiento, ya que sigue siendo posible sufrir nuevos brotes.