La radiofrecuencia facial es una técnica específica para el rostro, que deriva de la radiofrecuencia estética profesional. Es un procedimiento no invasivo, que aporta resultados de rejuvenecimiento casi inmediatos.
Evidentemente, con esta presentación, muchas personas, incluidos famosos y famosas, se han declarado amantes de esta técnica que permite conseguir un rostro más joven sin necesidad de entrar en quirófano.
A partir de los 30 años, la piel empieza a perder sus propiedades y a partir de los 40, los efectos de esta pérdida son cada vez más visibles. La alimentación y el deporte nos ayudan a ralentizar la oxidación y el envejecimiento, pero no es posible conseguir el efecto de la radiofrecuencia facial.
¿Qué es la radiofrecuencia facial?
La radiofrecuencia facial es el nombre que se le da al uso de esta técnica en el rostro. Por los resultados obtenidos, se dice que se pueden conseguir resultados similares al lifting, con la nota a favor de que no requiere cirugía.
Utilizamos la radiofrecuencia facial para tensar la piel de la frente, que se nota caída y flácida a partir de cierta edad; también para levantar las cejas; darle vitalidad y tensión a la piel de las mejillas; reducir la flacidez de la piel del cuello y por tanto de las arrugas que se forman en esta zona.
El funcionamiento de la radiofrecuencia facial es muy sencillo. Se vale de la aplicación de energía a través de la piel para producir calor, aumentar la circulación y aumentar la producción de colágeno, lo que permite reafirmar y obtener los resultados ya mencionados.
Beneficios del lifting facial con radiofrecuencia
Los principales resultados que aporta la radiofrecuencia facial son:
- Reducción de la flacidez de la piel del rostro y cuello.
- Aporta luminosidad y tensión a la piel.
- Reduce arrugas y líneas de expresión.
- Actúa contra el acné mediante la reducción de la grasa.
- Definición del óvalo facial.
Antes de comenzar una sesión de radiofrecuencia facial, la piel debe limpiarse, por lo que es mejor acudir sin maquillaje. A continuación, se aplica un gel, normalmente compuesto por glicerina, que actúa como conductor, con dos objetivos. En primer lugar, facilitar el desplazamiento del manípulo y en segundo lugar servir como canal de las ondas electromagnéticas.
El manípulo se mueve en círculos, sin presionar y manteniendo el movimiento en todo momento.
Finalizada la sesión, la zona tratada presentará cierto enrojecimiento, que se irá diluyendo con el paso de los minutos. Se puede hacer vida normal hasta la siguiente sesión. Es recomendable evitar la exposición solar directa durante las siguientes 48 horas y beber mucha agua.
¿Cuántas sesiones de radiofrecuencia facial son necesarias?
Si bien es cierto que la radiofrecuencia facial tiene un efecto flash, al dotar a la piel de mayor vitalidad, no será hasta haber realizado un par de sesiones que comenzarán a notarse los efectos en la reducción de las arrugas y mejora de la tensión de la piel.
La duración de las sesiones puede variar en función del tipo de piel y de la aparatología utilizada, pero no suele superar los 60 minutos. En cuanto al número de sesiones, suelen recomendarse entre 5 y 10. El tiempo entre estas se establecerá en función de la piel y el objetivo a lograr. Lo normal es que ir dejando más tiempo según avanza el tratamiento.
Por último, en cuanto a los precios, podemos encontrar precios variables en función del centro, el tipo de máquina y los objetivos.
¿Cuánto tardaré en notar los resultados?
Es posible que lleve algún tiempo ver los resultados de la radiofrecuencia. Hay que tener en cuenta que la producción de colágeno no ocurre de la noche a la mañana. En cambio, se notarán gradualmente los resultados durante los siguientes meses a medida que el cuerpo repone su suministro de colágeno.
Además, hay que considerar que, aunque un solo tratamiento de radiofrecuencia puede ofrecer resultados increíbles, en la mayoría de los casos se requieren varias sesiones. Por lo general, de cuatro a seis tratamientos, espaciados entre dos y cuatro semanas, son ideales para obtener resultados óptimos.
¿Cuánto dura el efecto de la radiofrecuencia facial?
La radiofrecuencia es adecuada para la mayoría de los tipos de piel. A diferencia de los tratamientos con láser, que pueden dañar la piel más oscura, la radiofrecuencia es segura para todos los tonos de piel. Prácticamente cualquiera que busque reafirmar, tensar y levantar la piel es un candidato potencial.
No obstante, es una técnica que se recomienda a personas maduras, cuya piel ya muestra los resultados del envejecimiento. Se pueden realizar tratamientos preventivos en personas que se aproximan a esa edad, pero no es recomendable para personas más jóvenes.
Los resultados pueden perdurar entre uno y dos años. Igual que el tratamiento, esa variación depende del tipo de piel y de los cuidados que se realicen sobre ella.
A veces es recomendable combinar la radiofrecuencia facial con otro tipo de tratamientos, como pueden ser la electroporación transdérmica, el HIFU o la mesoterapia inyectada, entre otros. En estos casos, los resultados puede llegar a ser muy superiores.
Por supuesto, hay algunas excepciones, que incluyen la piel con rosácea, capilares rotos o acné activo. En caso de duda, asegúrate de consultar con el médico.
Contraindicaciones
La radiofrecuencia facial no suelen provocar efectos secundarios. Es una técnica muy segura. Como mucho podría producir un enrojecimiento en la zona tratada.
Algunos especialistas añaden que se trata de una técnica relajante, ya que el calor produce laxitud.
En cualquier caso, es indispensable ponerse en manos de profesionales que puedan analizar la piel y decidir qué tipo de tratamiento es el más recomendado. No hay que olvidar que no todas las pieles son iguales.
No debe utilizarse la radiofrecuencia en personas con marcapasos o prótesis metálicas, así como articulaciones artificiales de metal en la cadera, válvulas del corazón o placas dentales. Tampoco a personas con fiebre e infecciones cutáneas.