El envejecimiento tiene diferentes formas de anunciarse, pero una de las formas que más asociamos a este proceso natural es la aparición de arrugas, en todas sus variedades.
Las patas de gallo, que aparecen alrededor de los ojos, son un tipo de arrugas que evidencian la llegada del envejecimiento. Es muy difícil prevenirlas debido a su causa de aparición, pero se pueden reducir o disimular.
¿Qué son las patas de gallo?
Las patas de gallo son un tipo de arrugas que aparecen alrededor de los ojos como consecuencia de la contracción repetida de la musculatura facial. De esta forma, al sonreír o, por ejemplo, expresar sorpresa con la mirada, la piel acaba reproduciendo ese gesto.
Por cierto, a las patas de gallo se les llama así por su similitud con las patas del gallo. Si te fijas, las arrugas que aparecen en la parte exterior del ojo se parecen a los dedos de una pata de gallo.
¿Por qué aparecen las patas de gallo?
Aunque su origen son los movimientos repetidos en la cara, es el paso de los años lo que hace que estas sean evidentes. La gravedad hace su trabajo y junto con la pérdida de colágeno y elastina, la piel pierde elasticidad y firmeza, con lo que las arrugas ya no sólo las vemos al realizar esos movimientos, sino de forma permanente.
Sonreír, entrecerrar los ojos, levantar las cejas y guiñar los ojos, son los movimientos que acaban dando forma a las patas de gallo.
Por si fuese poco, la zona alrededor de los ojos tiene una cantidad menor de colágeno y elastina, así que se estropea antes que otras partes del rostro. Por eso las patas de gallo son un símbolo tan evidente de envejecimiento.
Otra posible motivo para la aparición de las patas de gallo es la genética. Al ser algo que tenemos escrito en nuestro código genético, no hay forma de impedir su aparición. Aunque, el cuidado de la piel puede evitar su pronta aparición.
Estos son los movimientos directos para la aparición de las patas de gallo, pero hay agentes que si no los evitamos, pueden provocar una pronta aparición de estas arrugas.
La exposición al sol es la primera causa, ya que dañan la piel y provocan el fotoenvejecimiento. El estrés afecta a la salud en general, lo que deriva en una piel más apagada y a merced de la deriva por el paso de los años. Fumar y una alimentación no saludable, también aceleran el proceso.
Cómo se eliminan las patas de gallo
A estas alturas, seguramente ya vas sospechando por dónde va el camino para eliminar las patas de gallo. Lo cierto es que la solución es muy similar a cómo actuaríamos con otros tipos de arrugas, aunque como ahora verás existen productos y tratamientos dirigidos especialmente a tratar esta zona de la cara.
Productos básicos contra las patas de gallo
Todo el mundo debería realizar un protocolo de higiene diaria para aportar, como mínimo, un extra de hidratación a la piel para ayudar a la pérdida que sufre con el paso de los años y mantener así la elasticidad.
Algunas soluciones caseras para trabajar en la hidratación de la zona de los ojos, incluyen aloe vera, miel o pepino. Puedes encontrar recetas en Internet. Pero ojo con los bulos o los falsos influencers.
Por último, aceites como el de coco, oliva o almendra, tienen propiedades antioxidantes y emolientes, que ayudan a la piel a frenar la aparición de las arrugas.
Cremas para las patas de gallo
En el uso de cremas estéticas, la finalidad es la misma que contra cualquier otra arruga. Podemos utilizar cremas que aporten hidratación a la piel. Y combinar con retinoides, que estimulan la producción de colágeno y la renovación celular.
Los péptidos ayudan a reparar la piel y mejorar su firmeza los ingredientes antioxidantes como la vitamina C y E protegen la piel del daño de los radicales libres.
Tratamientos estéticos para las patas de gallo
Por último, como un paso más allá para hacer desaparecer las patas de gallo, actualmente existen tratamientos médico-estéticos muy eficaces.
- Los rellenos dérmicos son muy efectivos para ocultar las arrugas. Se realizan pequeñas inyecciones en las zonas a tratar para recuperar la firmeza y el volumen perdido. Depende de cada caso, pero los más utilizados son el ácido hialurónico y la hidroxiapatita cálcica.
- Otro método similar al relleno dérmico, aunque no produce el mismo efecto, es el bótox. Mediante la toxina botulínica conseguimos relajar los músculos que provocan las arrugas, de manera que estas se producen.
Tanto el bótox como los rellenos dérmicos tienen un efecto inmediato, pero no es permanente, ya que el cuerpo lo va absorbiendo. Cuando eso ocurre, las arrugas vuelven a ser visibles y habría que someterse de nuevo al tratamiento.
- Con peelings químicos y microdermoabrasión, podemos mejorar la textura de la piel y reducir las arrugas superficiales. Se consigue exfoliar y renovar la piel.
Si nos centramos en tratamientos con aparatología, los más efectivos son la radiofrecuencia facial y la electroporación transdérmica.
- Con la radiofrecuencia facial conseguimos revitalizar la piel, recuperar la firmeza y el tono el entorno de los ojos. El calor que provoca la radiofrecuencia estimula la producción de colágeno y, de esta manera, activamos todo un proceso que consigue devolver la tensión a la piel.
- Por su lado, con la electroporación logramos frenar el envejecimiento. Como actúa en diferentes niveles de la piel, no sólo produce un efecto superficial, sino que consigue un efecto bótox, suavizando las líneas de expresión alrededor de los ojos y elevando el tono de la piel.
¿Patas de gallo es lo mismo que líneas de expresión?
Esta es una pregunta bastante recurrente y la respuesta es que no, aunque están muy relacionadas.
En realidad, las patas de gallo son líneas de expresión que se forman alrededor de los ojos. Se distinguen por su disposición en el rostro, con un patrón que se extiende desde la parte externa del ojo hacia la sien.
Por su parte, las líneas de expresión son arrugas que aparecen en el rostro debido contracciones repetidas de los músculos faciales, provocadas por acciones como sonreír, fruncir el ceño, hablar o entrecerrar los ojos.