La parafina es un ingrediente procedente del petróleo, muy popular en el sector estético, puesto que se utiliza como hidratante, tanto en tratamientos como en cosméticos.
¿Qué es la parafina?
La parafina es un compuesto que se obtiene del petróleo o del carbón, a través de diferentes procesos de destilación, enfriamiento y filtración.
Se considera un aceite natural y se utiliza en múltiples sectores, como en la construcción, en la alimentación o en la automoción. Pero también tiene aplicaciones terapéuticas y cosméticas, ya que se le atribuyen propiedades hidratantes.
Podemos encontrar la parafina como cera o en estado líquido. En ambos casos tiene una gran capacidad para almacenar calor (también se utiliza para las chimeneas). Se vende en establecimientos o distribuidores de productos para salones de belleza y spas.
Beneficios cosméticos de la parafina
Además de la hidratación, a la parafina se le atribuyen beneficios que se pueden aprovechar para trabajar en el área estética:
- Hidratación: la parafina se aplica en forma líquida y cuando se solidifica crea una capa que selle la humedad, ayudando de esta manera a hidratar la piel.
- Suavidad: el uso de parafina consigue aportar suavidad a la piel, ya que ayuda a eliminar células muertas que impedían experimentar una textura tersa.
- Dolores musculares: al estar caliente, aporta los mismos beneficios que otros tratamientos en caliente empleados sobre el cuerpo, como es la mejora de la circulación, lo que provoca relajación y alivio de síntomas musculares y articulares.
- Rejuvenecimiento: otro efecto a consecuencia del uso de la parafina es que la hidratación y el aumento de la circulación pueden ayudar a reducir las líneas de expresión y ciertas arrugas, dando un aspecto más joven a la piel.
- Cutículas y uñas: por último, los baños de parafina también ayudan a fortalecer las uñas y mejorar la salud de las cutículas.
Uso estético de la parafina
En el sector de la cosmética, la parafina se emplea como ingrediente en todo tipo de productos, como cremas y lociones. En tratamientos, tanto estéticos como terapéuticos, se valen del uso de calor y frío para conseguir resultados.
Mascarillas faciales con parafina
Al utilizar mascarillas faciales de parafina, conseguimos combatir la sequedad y mejora la tensión de la piel. Esto consigue dar un aspecto más suave al rostro.
Para emplear la parafina, primero se derrite a baja temperatura y se añaden ingredientes diferentes en función del efecto deseado. Por ejemplo pueden utilizarse antioxidantes.
Cuando el estado ya es líquido, se aplica sobre la piel, normalmente con una brocha, tratando de evitar entrar en contacto con las mucosas y los ojos. Esta mascarilla se deja actuar durante unos minutos sobre la zona donde se ha aplicado y luego se retira. Es importante aplicar una crema hidrante a continuación.
Pedicura y manicura con parafina
Desde hace años se utilizan baños de parafina, en los que se introducen las manos o los pies en un recipiente con este producto en un estado parecido al de la cera caliente.
Es habitual realizar estos baños junto con ingredientes antioxidantes para favorecer el rejuvenecimiento de la piel.
Se introducen los pies o las manos varias veces, durante unos minutos y a continuación se envuelven en una bolsa o en guante de plástico durante 15 minutos. El objetivo de este uso de la parafina es mejorar la suavidad de la piel y reducir las arrugas.
Tratamiento reductor con parafina
Se emplea junto a técnicas de masajes reductores en zonas donde habitualmente se almacena la grasa, como en las piernas, los brazos y el bajo vientre.
El masaje y el calor provocado por la parafina potencian la reducción de la grasa localizada, mediante su movilización y posterior eliminación a través del sistema linfático y circulatorio.
Uso terapéutico de la parafina
Otro uso de la parafina es el que se emplea para aliviar el dolor muscular o articular. Se usa en estado líquido para aplicar un masaje a temperatura suave en la zona que se quiere tratar, de forma que se relaja la musculatura y reduce el dolor y la inflamación.
Existen estudios que han demostrado la efectividad de la parafina en el tratamiento de la artritis y la tendinitis, al favorecer la rehabilitación de la rigidez de las articulaciones. También se puede utilizar en combinación con otros tratamientos para mejorar su efectividad.
La parafina no puede utilizarse en casa. Sólo debe ser empleada por profesionales. Sobre la parafina en la estética no existen estudios, como sí los hay para la fisioterapia, para el uso terapéutico en enfermedades que afectan las articulaciones, porque el calor de la parafina reduce el dolor y ayuda a la movilidad.
Por tanto, no hay evidencias que respalden los beneficios que se indican ni su efectividad, por lo que es muy importante buscar siempre a profesionales que entiendan sus propiedades y puedan discernir si es interesante su uso o es mejor decantarse por otros productos.