El ácido hialurónico es un componente natural de la piel y el tejido conectivo, conocido por su extraordinaria capacidad para retener agua y mantener la elasticidad del tejido cutáneo. A medida que envejecemos, la producción propia de ácido hialurónico disminuye, lo que se traduce en piel más seca y menos firme.
Aunque su uso más conocido es como ingrediente en cremas o rellenos inyectables, en los últimos años han surgido numerosos suplementos orales (cápsulas, polvos y bebidas) que prometen mejorar el aspecto de la piel, el cabello y las uñas. ¿Tienen fundamento estos beneficios desde dentro? A continuación analizamos qué efectos reales puede tener el ácido hialurónico cuando se toma por vía oral, basándonos en la evidencia disponible y manteniendo una mirada neutral.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es un polisacárido (un tipo de carbohidrato complejo) presente de forma natural en nuestro organismo, especialmente en la piel, las articulaciones y los ojos. En la piel actúa como una “esponja” molecular: puede atrapar hasta mil veces su peso en agua, lo que contribuye a que la dermis esté bien hidratada y turgente. El ácido hialurónico endógeno desempeña un papel clave en la salud cutánea, pero su concentración disminuye con la edad.
Esta pérdida natural se asocia con la aparición de arrugas, flacidez y sequedad. Por ello, la industria cosmética y de suplementos ha incorporado el ácido hialurónico en diversos productos, buscando complementar los niveles propios de esta sustancia.
Suplementos orales con ácido hialurónico
En el mercado de la belleza interior existe una amplia oferta de suplementos que incluyen ácido hialurónico entre sus ingredientes. Estos productos suelen presentarse en forma de cápsulas, grageas o polvos solubles, a veces combinados con otros nutrientes como colágeno, vitaminas y minerales destinados a mejorar la piel, el cabello y las uñas. La imagen muestra un envase de suplemento que promueve la salud de piel, cabello y uñas , destacando AH junto con otros activos.
Sin embargo, es importante aclarar que cada fórmula varía y que las afirmaciones comerciales no siempre están respaldadas por estudios sólidos. Algunos fabricantes basan sus mensajes en resultados limitados o en la experiencia anecdótica de sus clientes. En general, estos suplementos prometen mayor hidratación, tono más uniforme o uñas más fuertes, pero la magnitud real de esos efectos puede depender de la calidad del producto y de factores individuales. Por ello, conviene mantener expectativas moderadas y considerar el ácido hialurónico oral como un posible complemento, no como un remedio milagroso.
Efectos en la piel
Dada su función natural, el AH suele relacionarse con una piel más hidratada y con mejor aspecto. En efecto, la evidencia científica más sólida proviene de estudios sobre la piel. Un ensayo clínico reciente aleatorizado demostró que la ingesta oral de AH promovió un aumento significativo en la hidratación cutánea tras varias semanas.
En este estudio, mujeres que tomaron AH mostraron mayor hidratación de la piel después de 2 a 8 semanas en comparación con un placebo; además, se observó una mejoría en el tono de la piel a las 4–8 semanas y un incremento en el grosor epidérmico al cabo de 12 semanas.
Estos resultados sugieren que el ácido hialurónico ingerido puede complementar los niveles propios en la piel y contribuir a reducir la resequedad y las finas líneas de envejecimiento. Es importante mencionar que estos cambios se detectan en el tiempo y suelen ser sutiles.
No se observa un efecto inmediato ni dramático, sino una mejora paulatina de la hidratación y textura de la piel con un uso continuado. Además, los resultados pueden variar según la dosis (en el estudio se utilizaron 100–200 mg al día) y las características de cada persona. En cualquier caso, estos hallazgos apoyan la idea de que el oral sí tiene beneficios reales en la piel, siempre que se use de forma consistente. No obstante, falta aún consenso y se necesitan más estudios amplios para confirmar cuál es la mejor dosis y la duración óptima del tratamiento.
Efectos en el cabello y las uñas
El ácido hialurónico también se incluye en suplementos destinados a mejorar el cabello y las uñas, aunque la evidencia es más escasa en estos ámbitos. En el caso del cabello, el ácido hialurónico no actúa directamente sobre la raíz o el crecimiento capilar como lo hacen otros nutrientes (biotina, hierro, etc.), pero sí puede influir en la hidratación del cuero cabelludo y la fibra del pelo. De hecho, dermatólogos afirman que el ácido hialurónico puede retener agua en el cabello, haciendo que las fibras capilares estén mejor hidratadas.
Como señala la dermatóloga Beth Goldstein, esta capacidad humectante ayuda a que el pelo luzca “más suave y menos encrespado”. En términos prácticos, esto significa que un cabello adecuadamente humectado tiende a verse más brillante y con mejor textura. Sin embargo, no hay evidencia de que el ácido hialurónico oral por sí solo estimule el crecimiento de nuevo cabello o prevenga la pérdida en condiciones patológicas: sus efectos son meramente secundarios al mejorar la hidratación existente.
En cuanto a las uñas, la lógica es similar: una buena hidratación de la matriz ungueal y la cutícula podría ayudar a mantener las uñas más fuertes y flexibles. Algunas fuentes apuntan que el ácido hialurónico podría “apoyar la estructura de la uña y suavizar la cutícula”, contribuyendo a reducir la fragilidad o el agrietamiento.
No obstante, cabe destacar que en el caso de las uñas (al igual que en el cabello) prácticamente no existen estudios clínicos que demuestren mejoras claras solo por tomar ácido hialurónico. La mayoría de los supuestos beneficios se basan en la función general de hidratación del ácido hialurónico. Por tanto, aunque es plausible que un cuerpo mejor hidratado favorezca la salud capilar y ungueal, estos efectos deben considerarse tentativos hasta obtener evidencias más sólidas.
¿Realmente aporta beneficios estéticos?
En conjunto, los datos apuntan a que el ácido hialurónico oral sí puede aportar beneficios reales, aunque moderados, en el ámbito estético. Lo más consistente es su acción sobre la piel, al mejorar su hidratación y elasticidad con el tiempo. Los estudios disponibles respaldan una mejora notable en la hidratación cutánea tras varias semanas de ingesta, lo que puede traducirse en una piel de mejor apariencia. En cambio, los efectos directos sobre el cabello y las uñas son menos evidentes: es probable que el ácido hialurónico contribuya indirectamente al aportar hidratación, pero no sustituye a otros nutrientes específicos para el crecimiento capilar o la fortaleza ungueal.
Es decir, no se trata de un ingrediente milagroso, sino de un aliado más dentro de un enfoque integral del cuidado. Tomarlo por vía oral podría ayudar a complementar tratamientos tópicos y hábitos saludables, pero no reemplaza las medidas básicas de nutrición y protección solar en la piel, ni un diagnóstico adecuado para problemas de caída de cabello o fragilidad de uñas. Cada persona puede experimentar resultados distintos, por lo que es recomendable consultar con un profesional de medicina estética o dermatología.
Si se decide probar un suplemento de ácido hialurónico, hacerlo con dosis adecuadas (por lo general 100–200 mg diarios según la mayoría de estudios) y durante un tiempo suficiente, para evaluar si realmente se nota un cambio. Bajo esa perspectiva equilibrada, el ácido hialurónico oral tiene potencial estético, siempre que se utilice con realismo y junto a otras buenas prácticas de cuidado personal.