La depilación masculina consiste en la eliminación deliberada del vello corporal en hombres mediante diversos métodos cosméticos. Aunque durante siglos fue una práctica minoritaria en el público masculino europeo, en las últimas décadas su popularidad ha crecido notablemente. Hoy se estima que en España aproximadamente el 66% de los hombres ha probado alguna vez afeitarse o depilarse parte del cuerpo.
Como señalaban en este artículo de 2013, la depilación masculina “ha dejado de ser un tabú” en España: los hombres hoy cuentan con mayor libertad para decidir sobre su vello.
Evolución de la depilación masculina
La preocupación estética por el vello corporal es ancestral. Desde el Antiguo Egipto, Grecia y Roma se practicaba la depilación por higiene y belleza. Ambos sexos buscaban la piel suave como símbolo de limpieza.
Con los siglos, las normas sociales variaron. Por ejemplo, en Europa medieval y moderna el hombre tendía a lucir barba y pelo corporal como signo de masculinidad, mientras que la depilación se enfocó en lo femenino.
En el siglo XX, sin embargo, la popularización del atletismo y los medios de comunicación comenzó a difuminar esos estereotipos. A partir de los años 2000 el fenómeno “metrosexual” impulsó que más hombres cuidaran su imagen corporal. Un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) señala que entre 2000 y 2010 la demanda de depilación masculina aumentó en más de un 40%. Ya en la década de 2010 se percibe que la depilación masculina dejó de verse como algo exclusivamente femenino: en 2013 el 88% de los hombres jóvenes (20-35 años) encuestados afirmaba haberse depilado alguna vez.
A su vez, los ideales de masculinidad han evolucionado: según un estudio de 2022 de Men’s Health España, el 65% de los hombres encuestados prefiere mantener un aspecto natural sin eliminar completamente todo el vello corporal. Esto refleja un cambio reciente hacia una imagen menos estereotipada, en la que el vello es aceptado como algo normal. Aun así, la depilación sigue extendiéndose: los centros estéticos contabilizan que entre el 15% y el 30% de sus clientes son hombres, una proporción que crece al tiempo que se difuminan los prejuicios tradicionales.
Tipos de depilación masculina
Actualmente existen múltiples técnicas de depilación, temporales o semi-permanentes. A continuación se resumen los principales métodos y sus características:
- Afeitado (cuchilla o afeitadora eléctrica). Es el método más rápido y cómodo. Se usa cuchilla o afeitadora manual/electrónica para recortar el vello al nivel de la piel. Es indoloro pero el pelo vuelve a crecer en días, por lo que hay que repetirlo a menudo. En general, las marcas especializadas recomiendan usar aparatos corporales diseñados para hombres, que adaptan la potencia y forma del cabezal a la piel masculina.
- Depilación con cera (fría o caliente). Consiste en aplicar cera sobre la piel y retirarla con tiras o removiéndola en frío/caliente, arrancando el vello de raíz. Es un método doloroso pero duradero: la cera caliente puede mantener la piel lisa de 3 a 6 semanas. Con el tiempo, el vello puede crecer más débil y escaso. Requiere pelo de cierto grosor para agarrarse a la cera. Es apto tanto para zonas grandes (piernas, espalda) como pequeñas (axilas, zona íntima).
- Cremas depilatorias. Productos químicos que se aplican en la zona y disuelven el vello al nivel de la piel. Son indoloras y fáciles de usar en casa, pero pueden irritar la piel sensible. Los resultados duran solo unos días, similares al afeitado, ya que no arrancan el pelo de raíz. Es útil para quien busca evitar cortes o dolor.
- Depiladoras eléctricas (pinzas rotativas). Aparatos manuales que arrancan el pelo tirándolo de raíz mediante un conjunto de diminutas pinzas giratorias. Son móviles, pueden usarse en casa y ofrecen resultados de varias semanas. Sin embargo, suelen ser dolorosas (más que la cera) y el vello puede enquistarse. Se usan sobre todo para piernas o axilas en mujeres; entre los hombres su uso es menos frecuente, ya que el vello masculino suele ser más grueso y sensible.
- Láser. Son tecnologías de depilación permanente a largo plazo. Todas emiten luz que destruye el folículo piloso. Los láseres (de diodo, alejandrita, soprano, etc.) apuntan a la melanina del pelo con intensidad concentrada. La luz pulsada intensa (IPL) es similar pero usa luz de banda ancha. Ambos métodos requieren varias sesiones y van debilitando progresivamente el pelo hasta casi eliminarlo.
- Electrólisis. Método antiguo que aplica corriente eléctrica al folículo, destruyéndolo permanentemente uno por uno. Es efectivo en todos los tipos de pelo y piel, pero es muy lento (se trata folículo a folículo) y puede dejar marcas. Hoy en día casi ha sido desplazada por el láser y se usa solo en casos específicos (p. ej. vello facial muy fino).
- Otros métodos puntuales. Incluye la depilación con hilo (sobre todo para cejas o vello facial fino), y técnicas naturales/tradicionales (pinzas, piedra pómez, etc.). Son más bien casos aislados o complementarios en el cuidado del vello facial o de cejas.
Técnicas más usadas en España
Entre los hombres españoles, el rasurado con cuchilla o maquinilla eléctrica es con diferencia el método más común, ya que resulta rápido y accesible. Según un estudio de hábitos de depilación masculina, 8 de cada 10 hombres ha recurrido a eliminar vello corporal en alguna ocasión, y el 67% afirma emplear la maquinilla eléctrica para recortar o eliminar el pelo.
De hecho, la afeitadora corporal suele elegirse por su comodidad. Muchos hombres prefieren una solución rápida en casa y no desean el dolor de la cera. En segundo lugar se encuentran métodos como las tiras o la cera caliente en salones de belleza (sobre todo para torso y espalda), y cada vez más la depilación láser. Los centros estéticos observan que hoy los hombres solicitan con creciente frecuencia tratamientos de reducción de vello permanente: datos de la SEME (2023) indican que un 30% de los varones que acuden a depilación busca reducir la densidad del pelo, no eliminarlo por completo.
Por contraste, otros métodos como las cremas depilatorias o las depiladoras eléctricas de pinzas son usados por una minoría. La depilación íntima (vello púbico) ha ganado popularidad en los últimos años, aunque muchos la realizan con maquinilla o recortadora en casa. En resumen, las cifras disponibles muestran que la depilación masculina en España se hace principalmente con afeitadoras de cuerpo y cuchillas, complementadas con cera y cada vez más con láser/IPL.
Zonas más comunes para la depilación
Los hombres depilan distintas partes del cuerpo según preferencias personales, deporte o moda. En general, las zonas más frecuentes son el torso y la parte superior de la espalda. Estudios recientes indican que el vello púbico es la zona que más se elimina (33,6% de los hombres lo hace), seguido del pecho (28,8%) y las axilas (27,1%). Expertos coinciden en que también son muy demandadas áreas como el cuello, abdomen, hombros y la barba (o su contorno). Por ejemplo, la doctora Rosa Ricca afirma que “las zonas más demandadas por los hombres son tórax, cuello, abdomen, espalda y barba”.
Además de estas áreas principales, cada vez más hombres cuidan otros detalles: piernas o brazos para deportes (natación, ciclismo), la línea del vello facial (perfilado de barba), e incluso pequeñas zonas como orejas, nariz y cejas. Un artículo especializado enumera que los hombres más frecuentemente se depilan axilas, torso, espalda, piernas, brazos, zona íntima y cejas. En resumidas cuentas, la imagen más habitual es la de hombre con el pecho y la espalda despejados, el vello íntimo recortado, axilas limpias y barba perfilada, dejando solo pelo en las piernas u otras áreas según gusto.
Diferencias con la depilación femenina
Existen diferencias claras entre los hábitos de depilación de hombres y mujeres. En general, las mujeres se depilan con mayor frecuencia y en más zonas: pierna, axila, línea del bikini, face. Debido a normas sociales arraigadas, muchas mujeres se depilan casi de forma rutinaria (semanal o quincenalmente) en varias áreas, mientras que los hombres suelen depilarse ocasionalmente o en función de necesidades puntuales (por deporte o gusto personal). De hecho, entre los hombres sólo un 21% se depila semanalmente, un 32% cada mes y un 35% lo hace ocasionalmente. Esto contrasta con una mujer que puede depilarse varias veces al mes zonas como piernas y axilas.
Además, por presión social la depilación femenina es casi obligatoria (según un artículo de ABC, es un “precepto imposible de obviar” debido a expectativas sociales). En cambio, para los hombres es una opción más voluntaria, lo que explica que tradicionalmente muchos hombres (un 34,1% en el estudio citado) nunca se hayan depilado.
En cuanto a herramientas y técnicas, ambas utilizan métodos similares (cuchillas, cera, láser, cremas), pero difieren en su énfasis. Las mujeres suelen emplear en casa maquinillas diseñadas para el afeitado de superficie grande (piernas) o depiladoras eléctricas (pinzas) para áreas extensas, así como acudir a centros de estética para cera e IPL/ láser en bikini. Por su parte, los hombres prefieren rasuradoras corporales masculinas. En resumen, mientras que la depilación femenina se enfoca a zonas visibles y extensas con productos muy suaves (por ej. hojas con gel lubricante, cabezales ovalados), los hombres tienden a usar productos optimizados para el vello grueso (maquinillas corporales resistentes, tratamientos láser potentes) y se centran en zonas musculares.
Por último, en frecuencia se aprecia que las mujeres, dadas sus costumbres de belleza, generalmente se depilan más seguido (varias veces al mes) y en más partes del cuerpo, mientras que muchos hombres optan por episodios puntuales. No obstante, esta brecha se va cerrando al aumentar la conciencia estética masculina: por ejemplo, más varones consultan sobre depilación definitiva (láser) en las clínicas, y ellos mismos valoran sentirse más seguros o atractivos al depilarse.