Las marcas y cicatrices provocadas por el acné tienen solución, aunque no en todos los casos. El acné es un problema que sufrimos casi todas las personas en algún momento de nuestras vidas y, lamentablemente, si no tratamos bien esa afección podemos acabar sufriendo sus consecuencias.
Aunque hay formas de tratar las cicatrices, la prevención es la forma más efectiva de evitarlas. Ante la primera señal de acné agresivo, es recomendable acudir a un especialista que analice el caso y dicte un tratamiento para evitar la aparición de las marcas.
¿Qué son las marcas del acné?
Para poder trabajar en las cicatrices que el acné deja sobre nuestra piel, primero debemos saber qué son esas marcas y por qué se generan. El acné puede provocar cicatrices queloides, atróficas e hipertróficas.
Lo que llamamos marcas de acné son inflamaciones de la piel a consecuencia de un intento del organismo de reparar la herida. Esto también provoca la pigmentación de la piel. Habitualmente, las manchas, de color rojizo, blanco o incluso marrón, desaparecen meses después de terminar la inflamación por el acné.
Igual que ocurre con las estrías u otra tipología de cicatrices, cuando nuestro organismo trata de reparar la piel, en este caso de una lesión inflamatoria por acné, crea un tejido nuevo rico en colágeno. La herida se repara pero la nueva piel no tiene el mismo tono ni calidad que la original.
- Las queloides son aquellas que crecen más allá de la propia herida. Tienen un color rojizo y se elevan sobre la piel. El acné puede provocarlas pero son más comunes tras quemaduras.
- Las atróficas tienen forma de surco, se forman porque la herida no termina de formar correctamente la unión con la piel. Son las más comunes tras el acné y suelen verse sobre todo en las mejillas.
- Y las hipertróficas se forman cuando la cicatriz no sobrepasa los límites de la herida. Están también elevadas sobre la piel y no tienen el mismo tono. Tanto las hipertróficas como las queloides pueden producir dolor o cierta tirantez.
Tratamientos para quitar las marcas del acné
La mejor forma de prevenir la aparición de marcas por el acné es iniciar un tratamiento contra este cuanto antes. No existe un tratamiento médico único ya que depende de la cicatriz, de su extensión y de las necesidades del paciente.
Cuando se llega tarde a la prevención o esta no ha funcionado, en la actualidad podemos recurrir a tratamientos estéticos que proporcionan muy buenos resultados.
En caso de que las cicatrices del acné te produzcan dolor, antes de iniciar cualquier tratamiento deberías consultar con un dermatólogo, para que este te indique las mejores opciones.
Para quitar las marcas provocadas por el acné, podemos recurrir a:
Micropigmentación
La micropigmentación es una solución económica que permite suavizar la apariencia de la cicatriz. No puede utilizarse con cicatrices queloides y tampoco es un tratamiento permanente, esto significa que tendrás que volver a hacerlo cuando pierda su efecto.
También existen productos tópicos que ayudan a reducir la pigmentación de la piel. Nos permiten difuminar las marcas producidas por el acné debido a las impurezas.
Peeling químico
Mediante productos químicos como el ácido salicílico y el tricloroacético, se consigue eliminar las capas más superficiales de la piel, quitando al mismo tiempo las marcas del acné y las células muertas.
La nueva piel que aparece tras esta, tendrá un nuevo tono en el que probablemente no se verán signos de pigmentación.
El peeling químico es el tratamiento recomendado en caso de cicatrices atróficas moderadas, pudiendo escoger la profundidad de la exfoliación en función de las necesidades de cada uno. Son tratamientos largos pero con buenos resultados a largo plazo.
Ácido hialurónico
Las inyecciones de ácido hialurónico permiten quitar las marcas del acné mediante relleno. Sólo pueden utilizarse con las cicatrices atróficas y aunque su resultado es inmediato, no es permanente, lo que obliga a repetir el tratamiento cuando el hialurónico haya sido absorbido por el organismo.
Láser
El láser se utiliza para cicatrices más agresivas, sobre todo queloides o hipertróficas. El láser aplica calor sobre la piel para estimular la síntesis de colágeno. Este colágeno consigue rellenar los huecos de la piel y la homogeniza, por lo que a simple vista, los defectos en la piel son menos visibles.
Se trata de un tratamiento de varias semanas, ya que la formación de colágeno no es inmediata. Se puede combinar con otras opciones como ácido hialurónico y peelings una vez finalizado.
Electroporación transdérmica
Mediante la electroporación transdérmica, podemos tratar todo tipo de cicatrices, entre ellas las provocadas por el acné. La electroporación nos permite introducir principios activos con función de relleno, como el ácido hialurónico, en las capas más profundas de la piel. De este modo, rellenará la cicatriz, igualándola respecto al resto de la piel.
Con electroporación podemos utilizar el producto acnicare, diseñado específicamente para el tratamiento del acné y compuesto por principios activos que se encarga de eliminar la grasa y la obstrucción del sebo.