A partir de los 30 años, cuando el cuerpo empieza a producir menos colágeno y elastina, que son los elementos encargados de mantener la elasticidad y firmeza de la piel, empiezan a notarse las primeras líneas de expresión.
Es una señal de que la juventud está quedando atrás, por lo que es el momento de comenzar a poner en práctica ciertas rutinas de belleza que nos permitirán mitigar los efectos de la edad e incluso evitarlos.
En la siguiente ilustración puedes comprobar de forma gráfica cómo se forman las arrugas. En el primer dibujo, todo parece en orden, mientras que en la segunda, da la impresión de que se está desmoronando. Es, en resumidas cuentas lo que le ocurre a nuestra piel cuando el colágeno y la elastina producidos de forma natural no son suficiente para sostener la estructura de la piel.
En ese momento, la epidermis pierde el sustento que la mantenía firme y acaban formándose los surcos que conocemos como arrugas.
Aunque las arrugas aparecen en todo el cuerpo, las de la cara y el cuello son las más combatidas.
Causas de las arrugas
Existe una gran cantidad de agentes externos que influyen en la aparición de las arrugas. Además de la edad, destacan:
La contaminación
Es muy importante realizar una limpieza diaria para eliminar las bacterias e impurezas acumuladas durante el día.
Hay que tener en cuenta que estas impurezas, en caso de no eliminarse, acaban introduciéndose en las capas de la piel y enturbiando los procesos de regeneración celular. La limpieza facial debe ser un hábito diario, tan importante como cepillarse los dientes.
El tabaco y el alcohol
Debilitan las células de la piel y provocan un envejecimiento acelerado.
La exposición solar
El sol provoca deshidratación en la piel, por lo que si no la cuidamos, se acelera el proceso de envejecimiento de las células cutáneas.
No quiere decir que no puedas tomar el sol, pero debes cuidarte y utilizar protección solar todos los días.
La genética
Está demostrado que las pieles morenas y oscuras, por tener mayor grosor, se arrugan menos. Por el contrario, las pieles blancas, más finas, se arrugan con mayor facilidad.
Los gestos
Cuando somos jóvenes, nuestra piel está firme y mantiene la elasticidad. Con ciertos gestos y muecas, vamos realizando movimientos repetitivos que, finalmente, crean líneas de expresión.
Ocurre lo mismo si adoptamos posiciones habituales sólo sobre un lado del cuerpo, como por ejemplo apoyar la cabeza sobre los brazos o dormir en cierta posición.
El maquillaje
Como apuntamos en el punto sobre la contaminación, irse a la cama sin desmaquillarse significa darle la oportunidad a productos que no están preparados para cuidar la piel y a ciertas impurezas, de adentrarse en capas más profundas y perjudicar la regeneración celular.
El estrés
No descansar lo suficiente produce el envejecimiento acelerado de la piel. Aparecen más arrugas si sufrimos estrés o no dormimos lo que deberíamos.
La piel se ve más apagada porque nuestras células no son capaces de realizar el proceso de renovación y reparación.
Al descansar, respiramos más profundo, lo que provoca mayor oxigenación en las células, que a su vez realizan de forma más eficiente su trabajo de regeneración, así como la producción de colágeno y elastina.
Cómo prevenir las arrugas
De igual forma, además de la cosmética y la medicina estética, existen agentes naturales que pueden ayudarnos a prevenir las arrugas. Al final y al cabo se trata de mantener una vida saludable.
La alimentación
No se le presta suficiente importancia a la capacidad de la alimentación para favorecer el buen aspecto del cuerpo en general. La alimentación es uno de los factores más importantes en la prevención de la aparición de arrugas.
Contamos con alimentos ricos en antioxidantes como el aguacate, el chocolate o la cúrcuma; con vitamina A, que es antienvejecimiento, como los huevos, los cereales, las frutas de color naranja y las verduras de color verde. También el pescado, que es rico en Omega-3.
También hay que reducir el consumo de harinas refinadas, carne roja, productos fritos y azúcares.
Ejercicio físico
El deporte estimula la circulación sanguínea, por lo que la piel recibe mayor oxigenación y nutrientes. Todo lo que implique estimular las células de la piel, favorece el movimiento de las impurezas y, por tanto, previene la aparición de arrugas, mejora la imagen y la luminosidad de la piel.
Masajes
Los masajes, ya sean profesionales o propios, ayudan a relajar la piel, que de otra manera puede estar rígida debido al estrés diario.
Además, igual que el ejercicio físico, activa la circulación sanguínea y la producción de colágeno.
Cremas
Como hemos visto antes, la deshidratación de la piel provoca la muerte acelerada de las células, lo que complica la regeneración celular y, por tanto, potencia la aparición de arrugas y acelera el envejecimiento.
La hidratación debe ser interna y externa. Debemos beber agua diariamente y también nutrir la piel con cremas y aceites vegetales compuestos de vitaminas y otros activos. Esto ayuda a mantener su elasticidad y aporta vitalidad.