La retención de líquidos se produce cuando el cuerpo acumula más líquidos de los que debería, lo que genera hinchazón, generalmente en las piernas, tobillos, manos o abdomen. Este fenómeno no solo puede ser incómodo, sino que también afecta la calidad de vida de muchas personas.
¿Qué provoca la retención de líquidos?
No podemos centrarnos en un único motivo por el que se produce la retención de líquidos, ya que existen varios factores que contribuyen a ello:
- Desequilibrios hormonales: los cambios hormonales, especialmente en mujeres durante el ciclo menstrual, embarazo o la menopausia.
- Alimentación inadecuada: el consumo excesivo de sodio (sal), una dieta baja en proteínas o deficiencias de ciertos nutrientes como el potasio.
- Estilo de vida sedentario: la escasez de ejercicio físico o pasar largas horas sentado o de pie puede dificultar la circulación sanguínea.
- Problemas de salud: algunas enfermedades como la insuficiencia cardíaca, problemas renales o hepáticos, y trastornos venosos también pueden ser responsables de la retención de líquidos.
- Medicamentos: los corticosteroides, anticonceptivos o fármacos para la hipertensión, tienen como efecto secundario la retención de líquidos.
¿Cómo afecta la retención de líquidos en la vida diaria?
Para quienes padecen retención de líquidos, los síntomas pueden ser frustrantes. La hinchazón puede causar una sensación de pesadez o malestar, dificultando la movilidad y limitando la capacidad para realizar tareas cotidianas.
Además, la ropa o los zapatos pueden sentirse más ajustados de lo habitual, lo que agrava la incomodidad. Si la retención es crónica, puede afectar negativamente la autoestima y el bienestar emocional.
Cómo eliminar la retención de líquidos
La retención de líquidos es un problema que, aunque molesto, puede ser manejado con cambios en el estilo de vida y atención médica cuando es necesario. Reducir el consumo de sodio, mantenerse activo y buscar ayuda profesional en casos más severos son algunos de los pasos clave para combatir este problema.
Lo más importante es no ignorar los síntomas y adoptar medidas preventivas para mantener un buen equilibrio de líquidos en el cuerpo, mejorando así la salud y bienestar general.
Afortunadamente, hay varias estrategias que se pueden adoptar para reducir la retención de líquidos y mejorar la calidad de vida:
- Mejorar la alimentación: en este caso, lo principal es optar por alimentos frescos y evitar los procesados, que además sean ricos en sal. Introducir en la dieta potasio también puede ayudar a contrarrestar los efectos del sodio y favorece la eliminación de líquidos. Este mineral se encuentra en alimentos como plátanos, espinacas, aguacates y patatas. Por último, mantener el cuerpo bien hidratado ayuda a evitar la retención de líquidos.
- Aumentar la actividad física: realizar ejercicio regular favorece la circulación sanguínea y linfática, lo que ayuda al cuerpo a eliminar líquidos acumulados. Incluso actividades suaves como caminar o nadar pueden ser muy beneficiosas.
- Elevar las piernas: si la hinchazón se concentra en las extremidades inferiores, levantar las piernas por encima del nivel del corazón durante unos minutos varias veces al día puede ayudar a drenar el líquido retenido. Ahora, esta es una solución a corto plazo para momentos esporádicos.
- Masajes y técnicas de drenaje linfático: los masajes específicos pueden estimular el sistema linfático, ayudando al cuerpo a eliminar líquidos de manera más eficaz.
- Evitar el uso prolongado de ropa ajustada: las prendas muy ceñidas pueden dificultar la circulación, lo que empeora la retención de líquidos.
- Consultar con un médico: si la retención de líquidos es persistente o va acompañada de otros síntomas como dolor, cansancio extremo o dificultades para respirar, es fundamental acudir a un médico.
Tratamientos estéticos para la retención de líquidos
La medicina estética nos ofrece una variedad de tratamientos para reducir la retención de líquidos. Sin embargo, antes de ponerse con ello es fundamental asegurarse de que el problema no está producido por una afección médica como problemas renales, cardíacos o hepáticos.
En cualquier caso, este tipo de procedimientos no pueden ser la única solución, ya que la retención de líquidos volverá si se inicia un plan de choque que incluya dieta equilibrada, ejercicio y otros hábitos de vida saludables.
- Presoterapia: es un tratamiento no invasivo que utiliza un equipo especializado para aplicar presión controlada sobre diferentes partes del cuerpo, estimulando la circulación linfática y venosa. Es especialmente eficaz para personas con piernas cansadas o hinchazón causada por retención de líquidos. A menudo se recomienda en combinación con otros tratamientos como el drenaje linfático manual para potenciar sus efectos.
- Electroporación transdérmica: Es una opción no invasiva que puede ser efectiva en el tratamiento de la retención de líquidos, ya que facilita la administración de ingredientes activos que ayudan a mejorar la circulación, reducir la inflamación y eliminar el exceso de líquidos. Para este caso, se utilizarían principios activos como la cafeína, la centella asiática, el extracto de alcachofa y el silicio orgánico.
- Radiofrecuencia: se utiliza para estimular la producción de colágeno y mejorar la circulación en las áreas tratadas. Aunque es más conocida por sus efectos reafirmantes, también puede ayudar a reducir la retención de líquidos, especialmente cuando esta se asocia a problemas de circulación o celulitis. La energía de la radiofrecuencia penetra en las capas más profundas de la piel, favoreciendo la eliminación de líquidos y mejorando el aspecto de la piel.
- Cavitación: es una técnica que utiliza ondas ultrasónicas de baja frecuencia para romper las células grasas y mejorar la circulación linfática y venosa. Este tratamiento no solo ayuda a eliminar la grasa localizada, sino que también favorece la eliminación de líquidos retenidos. La cavitación suele aplicarse en zonas como el abdomen, las caderas o los muslos, donde la retención de líquidos y la celulitis suelen ser más notorias.